Mundo Loco y Torcido

Que cosa contigo Demian, contigo y con tu imagen invasora, con las miradas inexplicables y las vías encontradas, con esta extraña mezcla de sensaciones: amor, odio, admiración. Al final el amor abarca mucho más. Y luego el conflicto, el conflicto de no entender nada, el conflicto de atraparse en el qué pasa y el por qué ¡Pero es que me es inevitable salir de esta perturbadora tontería! Hace una semana las risas ocupaban cada rincón de esta sala. Cuatro días atrás tu seriedad merecía un escalofrío. Anteayer te dirigiste a mi con ese tono colorido al que se le atribuye confianza. Ayer morí tres veces por cada centimetro de distancia. Hoy cancelas el mundo y no estás. Seguro que mañana llegas sonriendo.

...y cuál será la intención de los papeles que se arrastran en los patios vacíos? Ahí está otra vez: no se puede escribir en un mundo perfecto, en un país ideal, en un horario suizo..., no hay de qué escribir, contra qué rebelarse, ni qué criticar; sólo una que otra objeción a un pequeño desajuste, un error casi imperceptible. La novela es una crisis de un lugar, de un personaje, de un mundo... o al menos eso la hace interesante y a veces uno termina siendo una esponja de contexto -mientras más desmesurado mejor-: absorbemos hasta el punto en que rebosamos de algo, una especie de materia prima para pulir, y experimentar con ella.

Que genial Video: Dino's come back to life... on stage

Sopa de dos minutos: El sigilo de la noche anuncia un frio incontenible, un abismo de ausencias entre presentes, miradas que no miran, muros de espejos intermitentes. Cada nota que destierra la guitarra perfora en la oscuridad, en la figura de una lámpara un poco rota, un globo terráqueo hueco, unos ladrillos marcados de blanco. Basta, otro grito melódico, la tristeza me ampara, protege y dispersa. Tu falta de sonrisas me hará jurar que nunca más te querré -extraoficialmente afirmado y refutado- y en alguna pesadilla me atreveré a desdibujar tu silueta.